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REFLEXIÓN

Durante el semestre febrero-agosto 2025, cursar la materia de Contabilidad fue una experiencia desafiante pero enriquecedora. Al principio, me enfrenté a conceptos que no comprendía del todo, pero con el paso de las semanas fui encontrando sentido a los temas gracias a las actividades prácticas y al acompañamiento del docente.

Una de las cosas que más valoro del curso fue su orientación práctica. Lejos de enfocarse solo en la teoría, las clases nos invitaron a aplicar los conocimientos en ejercicios reales y situaciones cercanas al ámbito laboral. Esto me ayudó no solo a entender mejor los temas, sino también a visualizar cómo se utiliza la contabilidad en empresas reales, desde los registros básicos hasta el análisis de información financiera.

También aprendí a trabajar mejor en equipo. Las dinámicas grupales me exigieron escuchar otras ideas, repartir responsabilidades y llegar a acuerdos, lo cual no siempre fue fácil, pero sí muy útil para mi desarrollo personal. Además, mejoré mi organización, ya que el ritmo de trabajo requería llevar un buen control de tareas y tiempos.

Entre los aprendizajes más importantes que me llevo está la capacidad de analizar e interpretar estados financieros básicos y de comprender la lógica de la partida doble. Sin embargo, aún necesito reforzar el uso de programas digitales que faciliten el registro contable, pues es evidente que la tecnología ya es parte esencial de esta profesión.

En resumen, esta asignatura me dio las bases para seguir aprendiendo con más seguridad. Me ayudó a ver la contabilidad como una herramienta clave para la toma de decisiones y no solo como un conjunto de números. Salgo del curso con una mejor comprensión del papel del contador público y con mayor motivación para seguir preparándome en esta área.

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